En una tarde de invierno
te vi cruzar sola el río
y pudriéndote en el infierno,
de donde nace este grito.
Mirarte sin la mirada,
sangrarte sin una herida,
llamarte y no ser llamada,
sentir mi cuerpo sin vida.
Lo he dejado por ti todo,
y hacia donde camines
llevarás siempre mi dolor,
y lágrimas cuando mires.
No pienso perder el tiempo,
ya que nunca me quisiste.
Éste es mi último verso;
recordarás lo que hiciste.
Preciosas poesías.
ResponderEliminarME GUSTA!!! =)
ResponderEliminarpor si quieres pasarte:
http://navegandoentumirada.blogspot.com/