martes, 3 de agosto de 2010

Él.

Pero otra vez se olvidó
la alegría al despertar.
Esta vez no recordó
el valor de la amistad.

Pero otra vez se olvidó
de darle tiempo al tiempo.
Esta vez se equivocó
y despertó de su sueño.

Ahora todo terminó,
aunque él no lo quiera ver,
esta batalla perdió
y no es fácil recomponerse.

La vida ya le enseñó
todo aquello importante.
Sintió un golpe y el dolor
a veces es desesperante.

De nuevo quiso soñar,
beber un nuevo amanecer.
Quiso ser el capitán,
nadie mandaría en él.

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